Queridos castrillenses, queridas
castrillenses, estimadas autoridades, amigos todos:
Desde mi experiencia entre vosotros a
lo largo de estos casi 4 años que llevo de Párroco, he podido comprobar que en
Castrillo hay buena participación y colaboración a la hora de realizar
distintas actividades con los diversos colectivos: niños, jóvenes, adultos y
ancianos. Por eso, mi primera palabra hacia vosotros quiero que sea la de “gracias”:
gracias por vuestra acogida en el pueblo de Castrillo, del que me considero ya
uno más. Gracias, y a la vez, pediros disculpas por mi atrevimiento al aceptar
ser pregonero de estas fiestas de Santiago el Mayor. Los pregoneros que yo he
conocido los años anteriores eran naturales de este pueblo de Castrillo, por
eso mi sorpresa al proponérmelo.Mis primeros contactos con este pueblo
fueron hace 18 años, cuando estaba destinado en Roa siendo Diácono y con los
monaguillos de Roa hacíamos excursiones en bicicleta y en alguna ocasión
vinimos a pasar el día a unas charcas cercanas a Castrillo (que ahora no recuerdo exactamente cuales son
y eso que tengo bien pateados los caminos de este pueblo) y por la tarde nos
acercábamos a saludar a D. Ángel y Juliana, que desde su generosidad nos
ofrecía algo de merendar.
Después de esa grata experiencia y pasados los años, el Sr. Arzobispo me destinó a esta parroquia y este pueblo de Castrillo y otros 3 pueblos más (Fuentecén, Hoyales y Berlangas). Entre vosotros, desde el principio me he sentido muy a gusto porque he sido muy bien acogido.
Pero centrémonos en las fiestas. Con el comienzo de las fiestas, días en los el número de habitantes crece significativamente, porque muchos castrillenses que estáis fuera volvéis para apoyar y disfrutar de estas jornadas festivas, os sugiero que nos hagamos todos esta pregunta: ¿A qué nos invitan estas fiestas patronales de Santiago el Mayor?
Las fiestas son siempre un tiempo de acogida: vienen aquellos que por diversas razones han salido de Castrillo y viven habitualmente en otros lugares y, entonces, crece la gente de nuestro pueblo. Sí, viene la familiaridad y la amistad, y con ello, también el alboroto y los ruidos.
Todos amamos a nuestro pueblo, a
Castrillo, y de él recibimos muchas llamadas en este tiempo de fiesta
- Nos llama a la
apertura de unos para con otros, disculpando y perdonando ofensas o rencillas o
malos entendidos
- Nos llama al
respeto, la convivencia y la estima mutua.
- Nos llama a la
cooperación desinteresada de organización de fiestas, de juegos, de trabajos.
- Nos llama al espíritu de vivir y celebrar el
don de la misma fe que hemos recibido de Dios y nos han trasmitido nuestros
mayores. Y la vivimos y celebramos en torno a Santiago el Mayor, nuestro
Patrón.
- Finalmente, se
nos llama a saber valorar y amar nuestro pueblo, no de palabra, sino con obras,
desde el buen espíritu de COLABORACIÓN EN TODO Y POR TODOS.
Si de verdad
cada uno de nosotros respondiéramos desde nuestras posibilidades a estas
llamadas que se nos hacen, poco a poco saldríamos de la crisis. Porque la
crisis de la que tanto se habla (crisis económica) tiene su origen en la crisis
que estamos viviendo de valores humanos y cristianos. Por eso, estoy seguro que
si frente a los “valores” (entre comillas) que han provocado la crisis (individualismo,
materialismo, egoísmo), nosotros somos capaces de vivir el amor, la
generosidad, la honradez, el compartir, el colaborar, entre todos saldremos de
la Crisis. Repito: si cada uno de nosotros, las personas, las diversas
asociaciones que hay en nuestro pueblo y las instituciones somos capaces de
vivir esos valores con sinceridad, iremos saliendo de la crisis. Y desde
nuestra fe contemos también para ello con la ayuda de Dios y de nuestro patrón
Santiago el Mayor, apóstol de Jesucristo.
Y al
terminar este pregón me atrevo a hacer otra llamada. El pasado 30 de junio se
cumplieron 25 años de Juan José Gutiérrez Rogero (Juanjo) como alcalde de
Castrillo. Cumple sus Bodas de plata al frente de la Corporación municipal. Y
dice un refrán nuestro castellano que “es de bien nacidos ser agradecidos”. Por
eso, que aunque haya personas que no estén de acuerdo o no compartan sus ideas,
sus proyectos o su gestión al frente del Ayuntamiento, seamos agradecidos con
su actitud de servicio a este pueblo a lo largo de 25 años. Por eso ahora, al
terminar este pregón escuchemos unas palabras y hagamos un sencillo gesto de
homenaje y agradecimiento a Juanjo.
¡Viva Castrillo de la Vega! ¡Viva Santiago el Mayor!
¡Feliz verano y Felices Fiesta de Santiago a todos!
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Castrillenses todos:
No hay que dejar al azar del destino que nos halaguen con flores de azahar, sino que plantemos nosotros los rosales, que, aunque tengan espinas, nos regalarán rosas.
No hay que dejar al azar del destino que nos halaguen con flores de azahar, sino que plantemos nosotros los rosales, que, aunque tengan espinas, nos regalarán rosas.
Puede que esta placa que hoy me entregan
sea la rosa que han producido los rosales con espinas sembrados durante estos
veinticinco años de Alcalde en éste pueblo al que me he dedicado en cuerpo y
alma para conseguir el buen funcionamiento del mismo.
Es de recordar, que para ello he
contado con concejales muy valiosos y valientes, colaboradores desinteresados,
con la gente llana del pueblo que nunca dieron pie atrás y por que no decirlo,
con la colaboración desinteresada de mi esposa e hijos, que no han dudado en colaborar intensa y anónimamente en
el buen hacer a favor del pueblo, “Gracias”
El 30 de junio de 1987, tenía yo 40
años y juré trabajar para y por el pueblo; y hoy 25 años después, sigo con la
misma ilusión y cariño; tal vez con más experiencia. He de decir que cuento con
mas colaboración de vosotros, “Gracias” y eso es beneficioso para todos.
No tengo más que decir que “Gracias a
todos por vuestro apoyo”, la unión hace la fuerza.