sábado, 23 de julio de 2011

Pregón


PREGÓN
FIESTAS EN HONOR A SANTIAGO APÓSTOL
por
Dr. José Luis Parra Juez, 

Excelentísimo Alcalde de Castrillo de la Vega, Concejales, Delegado de Fiestas, Quintos, Peñas, vecinos de Castrillo y asistentes a este Acto.

Cuando me propuso el Sr. Alcalde que fuera el pregonero de las  Fiestas en honor a nuestro Patrón Santiago Apóstol, sentí, como hijo de este pueblo, una grata e íntima emoción. Por ello, deseo agradecer, en primer lugar, este ofrecimiento que asumo como un honor y un privilegio.

Permitidme que en este Pregón rinda un tributo de gratitud y reconocimiento hacia mis antepasados y que apueste por la Ciencia y la Cultura como un culto al progreso y un reto para el futuro de los Castrillenses.

Tal día como mañana, la víspera de Santiago, de hace muchos años, mi madre Ele, que estaba  a punto de dar a luz, paseaba con su madre Justa y mi tía Avelina por un huerto de la familia situado a las afueras del pueblo. Por lo que me contó mi madre, le apeteció coger el fruto de un nogal al que tenía un gran aprecio y, en ese preciso momento, sintió los primeros dolores que anunciaban la inminencia del parto. Ante esta situación, regresaron a casa para organizar los preparativos del alumbramiento. Mi madre me contaba que, mientras me daba a luz, oía a los mozos de Castrillo cómo cantaban y se divertían anunciando al pueblo su contento por las Fiestas de su Patrón.  El relato de mi madre me sirvió para aclarar si había nacido la víspera o en los primeros instantes del día 25 de Julio.

Siempre he celebrado mi aniversario el día de Santiago por lo que representa la fecha para mi pueblo, Castrillo de la Vega, y para España. El destino ha querido, con la inestimable proposición de nuestro Alcalde que, justo 68 años después, esté ante todos vosotros presentando el Pregón de las Fiestas de Santiago de 2011. Por supuesto, es para mí un motivo de satisfacción especial poder relataros algún aspecto personal, más emotivo que festivo, sobre mi relación con Castrillo, tan lejana en el tiempo como cercana en el sentimiento.

De mi pueblo conservo mis hondas e imperecederas raíces. En mi mente identifico un Castrillo a caballo, como nuestro Patrón Santiago Apóstol, entre las convicciones del pasado, las acciones del presente y las predicciones del futuro. Los hombres pasan, dejando su huella y engalanando el recuerdo del pasado, pero los pueblos quedan, moldeando su piel con el cincel del progreso y enarbolando la enseña del futuro.

Recuerdo como un lujo de mi memoria cómo, en mis años mozos, avistaba a mi abuelo Santos o a mi tío Francisco, al llegar cada verano a la estación de Castrillo - ahora abandonada- con su carro para recibir a su familia y acercarnos a casa donde nos esperaba nuestra abuela Andrea. Otra de mis ilusiones era acompañar a mi abuelo al huerto, su huerto con pozo, que me parecía un vergel inmenso aunque, en verdad, era un escaso trozo de terreno como me desveló la realidad adulta al imponerse a la fantasía infantil. Y qué decir de la bodega y de la era de la Tejera donde los dorados rayos de Sol jugueteaban con las espigas de trigo desgranadas por el pedernal del trillo y con las pupilas inocentes de la infancia.

Aún conservo el recuerdo de mi fascinación al ir con mi padre Marino y mis hermanos a coger cangrejos, introduciendo sus manos en los escondrijos; o mi ilusión por hacer adobes o mini adobes con un molde que rellenaba con barro mezclado con paja para luego dejarlos secar al Sol.

Sabed que me considero una persona afortunada porque, desde edad temprana, descubrí lo que quería hacer en mi vida. Como dijo en su día Steve Jobs, el creador de Apple, en la ceremonia de graduación de la Universidad de Stanford, hay que encontrar el trabajo que se ama y hay que buscarlo con fe, siguiendo la intuición que late intensamente en el corazón.

He dedicado toda mi vida profesional a la investigación. En esta vida hay que ser creativo y la Ciencia es el motor que utiliza nuestro cerebro y nuestros sentidos para pensar, observar y descubrir nuevos conocimientos útiles para ampliar y mejorar la Calidad de Vida de los seres humanos.

Por ello, los científicos consideramos nuestro trabajo como un “divertimento”. Un “divertimento” porque disfrutamos, yo lo sigo haciendo, con esta actividad basada en el conocimiento y el pensamiento.

En los últimos años no he venido asiduamente a Castrillo pero cuando he estado aquí, he podido apreciar cómo ha evolucionado su Calidad de Vida humana. Se han respetado los estandartes más representativos del pueblo, como por ejemplo la cuesta de las bodegas, que debiera ser reconocida como Patrimonio Cultural, pero, al mismo tiempo, se han emprendido obras de infraestructura que intentan modernizar los hábitos ciudadanos.

Quedan muy lejos, casi perdidos en los vericuetos del olvido, aquellos años en los que las condiciones de vida eran rudimentarias y los aperos de labranza eran las únicas artes manuales. De todos modos, especialmente para las personas de una cierta edad, esas circunstancias vitales se conservan como un recuerdo florido en el altar más íntimo del corazón.

Ahora bien, los avances científicos y tecnológicos han contribuido de un modo sustancial a modificar no sólo el paisaje de nuestros campos con los tractores, las segadoras, las trilladoras, etc. sino también a mejorar las condiciones de trabajo. Además, todos disfrutamos de las innovadoras redes de comunicación que han dado un carácter internacional a nuestras relaciones sociales y al acceso a las fuentes de la información.

Cualquier actividad humana está influenciada y condicionada por la Ciencia. Y Castrillo no es una excepción. Sólo basta constatar cómo los responsables de festejos del Ayuntamiento han utilizado las nuevas tecnologías para ofrecer más calidad en sus propuestas festivas sin olvidar, claro está, las raíces culturales y tradicionales de Castrillo.

Por todo ello, me gustaría que recordárais este Pregón por sus cuatro pilares: los pilares del divertimento y del sentimiento, arraigados en las raíces del pasado de nuestras tradiciones, y los pilares del conocimiento y del pensamiento, que, en mi opinión, son los motores del futuro que deben enriquecer el devenir de Castrillo, por Castrillo y para Castrillo. Divertimento, sentimiento, pensamiento y conocimiento que quiero hacer extensivos a los Castrillenses y a los visitantes que han tenido el acierto de elegir este entrañable lugar para disfrutar de  unas Fiestas en las que el regocijo, la sonrisa y el corazón sereno y abierto son las señas de identidad de su patrimonio. Este Pregón es una invitación a vivir la Fiesta con el corazón de Castrillo y con el alma castellana, con respeto y tolerancia, con bullicio e ilusión.

Con este Pregón quiero rendir un emocionado homenaje a las raíces del pasado y transmitir un gozoso mensaje directo, y sin redes de por medio, de esperanza y futuro a las generaciones que vendrán que son las  encargadas de tomar el relevo de nuestro ciclo vital. Confío que ellos también guarden en su memoria un lugar de la felicidad vivida y que para mí se llama Castrillo. Por último, deseo felicitar muy efusivamente a todos los que han intervenido en la organización de estas Fiestas en honor a nuestro Patrón. Que la diversión y la cordialidad permitan estrechar nuestros vínculos de fraternidad y alegría. A pesar de la crisis, de la que tampoco debemos olvidarnos, o quizás sí, aunque sólo sea por estos días...

¡Vivan las Fiestas de Santiago de Castrillo!, ¡Viva Castrillo de la Vega!, ¡Viva Castilla!